Por Tomás Atarama Rojas
Por Julio Talledo. 01 febrero, 2012.El apagón de miles de páginas web como forma de protesta contra el proyecto de ley SOPA (Stopping Online Piracy Act) es una muestra del descontento que ha generado la posibilidad de que se restrinja la libertad en Internet. Wikipedia, Twitter, Google, Mozilla, WordPress, entre otros gigantes han manifestado su desacuerdo con esta iniciativa legislativa norteamericana que busca atacar directamente la difusión no autorizada en web de contenidos protegidos con copyright.
El problema es que para alcanzar este objetivo se da al Departamento de Justicia de los Estados Unidos poderes que pueden atentar contra la libertad de expresión, ya que contaría con herramientas para cerrar íntegramente algunos portales, bloquearlos e impedir a los usuarios el acceso, expulsarlos de los motores de búsqueda de Google y obligar a las redes publicitarias a que dejen de anunciar en estos lugares.
No hay que dejar de reconocer que es acertado propiciar medidas legales que busquen reducir la piratería y la violación de los derechos de autor, pero estas medidas han de ser acordes con la realidad a la que se refieren, y en definitiva, la ley SOPA es ajena a la naturaleza propia de Internet, donde los contenidos no pueden ser totalmente controlados, ya que esto atentaría contra el dinamismo propio de la web.
En este sentido, esta ley sería ineficaz para combatir la piratería porque aunque se pueda detectar estos sitios donde se ofrecen productos sin autorización, al cerrar esta página, el creador podría mudarse en tan solo unas horas a otra dirección, la cual estaría libre de ser rastreada durante un largo tiempo.
Además, esta ley desconoce que muchas páginas web no producen sus propios contenidos, sino que son portales donde los usuarios van construyendo espacios de discusión o difusión de información. Así, esta ley tendría un claro impacto negativo en sitios que alojan contenidos de usuarios, ya que estos serían bloqueados a causa del uso inadecuado de la plataforma por uno de sus usuarios.
La historia nos ha enseñado que siempre es preferible la libertad a la censura, y en este caso parece precipitado brindar tantas prerrogativas legales para combatir un mal como la piratería. La medida excede el objetivo y es una posibilidad de atentar contra la libertad so pretexto de acabar con la piratería.
Facultad de Comunicación
Universidad de Piura